martes, 16 de diciembre de 2008

LA CASA QUIETA

La casa se veía quieta, tranquila más que quieta, cualquiera al verla, hasta el más desconfiado de los hombres hubiera jurado que la casa estaba en paz. La ligustrina verde de esmeralda después de llover, el olor a tierra mojada levantándose, el cielo saliendo del gris para pasar al celeste, un perro lanudo de rulos enredados y negros iba corriendo desde la puerta de calle a la puerta de casa con un entusiasmo inusitado; las chapas en el techo dejaban caer rendidas las últimas gotas muertas de la lluvia y marcaban un surco en el suelo allí donde caían.
No había chimenea, no tejas que aislaran el frío o el calor, no rejas en las ventanas y al exterior, solo ligustrinas cada vez más brillantes, cada vez con más capacidad para cegar. La casa pintada de lila se veía como de cuento, pero no era un cuento. Adentro una historia macabra se desarrollaba con la misma tranquilidad aparente, de la mano de lo impune que tiene ese silencio familiar.
En la hoja que había sido blanca, era eso lo que el niño imaginaba pintar. En eso pensaba cuando sentado en su banco miraba su dibujo. La maestra vio una casa y su tranquilidad.

Jesús Navarro

ESE NUDO EN LA GARGANTA

Cuando todo me pasa
y nada aquieta mi alma,
cuando duerme el olvido
y despierto el recuerdo me abraza;
cuando incompleto y vencido
te busco y solo encuentro vacío,
abrazo una almohada prestada
queriendo beberme la muerte que duerme
con ojos abiertos
haciendo aposento en mi cama.

Jesús Navarro

CUENTO POR ANALOGÍA

(Para las horas infelices de la Dra. Silvia
y el muchacho que quería ser cartero)


(A), que vive con (C) en plan de amigo desde hace diez años, ese que es incondicional y tanta consideración lleva por eso, aún hoy le lava la ropa y si cae todo el cosmos en el error, también lava mis calzones. Unos calzones que de tan gastados y descoloridos dicen por si solos que son de (B). Unos calzones sucios de llevarlos puestos todo el día, calzones mojados seguramente de deseo, manchados de leche que hubo de haber sobrado de ese chorro que entró al interior de (C) desordenando quien sabe cuántos resultados. Los resultados serán llamados (D).
En la analogía, (B) es para (A) lo que (D) es para (C). En mi análisis las cosas son más complejas todavía.
¿Por un error de cálculo (C) hace que (A) lave mis calzones? ¿Y es por una prenda más que (A) hace tanto alboroto? Seguramente no y puedo comprenderlo. Para no condenar de desamorado el cuento por analogía voy a evocar al amor y diré entonces así de forma amable que algo de amor correrá en las venas de (A) hacia la persona de (C). ¡Pobre (A)! ya no lo aman. Aunque lave los calzones mil veces (eso jura C). Pero porqué grita como mujer en apuros! Yo intuyo que le debe arder la cara de odio cuando piensa que (B) está cerca porque estoy seguro también que celebró cuando (B) se alejó. Es que debe estar enamorado todavía de (C) mientras que (C) finge que no lo sabe. (C) no quiere de ningún modo comprender que las cosas no son tan fáciles y no puede todo caernos como mejor querríamos. (A) lo cela, lo fastidia, lo enloquece, lo molesta, lo enerva, lo bientrata, lo colma en un mar de expectativas que (B) no puede saciar. (B) lo ama, lo maltrata, lo cela, lo envenena, lo inmortaliza, lo mata, lo vuelca, lo levanta, lo sacude, lo nombra, lo acalla. (C) se deja hacer y hace lo propio con ambos hasta que (D) haga lo suyo con todos.

Jesús Navarro.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

PEREGRINO


Peregrino,
Buscador sepa Dios de qué.
Incansable caminante de los campos
perdidos campos en terrenos de la infancia.
Peregrino en la ciudad,
a fuerza de tiempo y dolor,
dueño infiel de sus calles,
inquilino atemporal de sus ochavas.
Caminante empecinado,
sereno espera el amor
que llegará sin dudas,
no puede ser de otra manera,
el zorzal lo prometió
en mi Buenos Aires Querido.

Jesús Navarro

CABRERA Y ARMENIA




Hermoso día para morir hoy.
Mayo de sol fantástico.
Un sol como limón de luz en el cielo
hace que los hilos eléctricos
marquen una cruz en el suelo.
Palermo es un cementerio los domingos
y en la esquina de Cabrera y Armenia
mientras extraño a Adrián,
el día es hermoso para morir.

Jesús Navarro.

RESUCITAR

“Resucitar también es un fenómeno que se repite. Yo no se si es una bendición o parte del castigo que el bueno del Dios de los católicos me adjudica para hacer efectivo eso de su ley de premios y castigos. Ahora bien, ¿porque debería alcanzarme a mí esa condena si yo no soy católico? No creo que sea suficiente para afiliarse al pueblo de Dios, un algo de agua sobre la frente y la reiterada ceremonia de una oración aprendida a fuerza de memoria”.

Jesús Navarro