lunes, 28 de diciembre de 2009

Mojado

La lluvia cae sobre el asfalto de la ciudad
y se levanta como un fantasma
el calor del enero venidero.
La lluvia cae pero no me moja.
Lo que me moja es su aliento.
Su aliento M E M O J A.
Me salpica mentas desde la pantalla
donde yo me figuro una película.
Un Nosferatu moderno
que muerde yugulares por amor.
Amor al único que deseo y que no tengo,
que no tendré jamás y dejaré de querer
en mi próxima eyección de sangre.
La lluvia cae sobre Av. Córdoba y Uriburu espera
con paciencia ver pasar al enamorado
cursi, triste y solitario que es el hombre
que dibuja mi sombra.
Yo no me mojo aunque no me corro
ni céntimo de mi lugar
y mi sombra tampoco se moja.
Tic tac - tic tac - tic tac...
La lluvia me riega pero no me mojo.
EL tiempo en mi reloj pasa rápido para no mojarse.
Yo, lento, no me mojo.
Su aliento me moja.
M E M O J A.
pero él no se entera.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Poesía en las esquinas

De andar pidiendo tu cariño

me hice al fin un pordiosero.

Soportando caer en cada intento,

bebiéndome la sal del mar en cada enero.

La última curva fue antenoche,

cuando preso del insomnio,

lloré tu nombre en mis adentros.

Te prometí mil vidas

y no pude darte una

y cuando escribí poesías

antes de llegar hasta tu almohada,

las había repartido en las esquinas.

Te negué la paz con esos nombres

que mis labios no dijeron.

Te juré que Dios estaba con nosotros,

pero los que juran mienten,

corazón has de saberlo.

No ha sido con maldad cariño

que éste que te amó

dejó de hacerlo.

Oh Dios

Purifica mi Sangre
oh Dios de los perdidos.
Purifica mi voz
oh Dios del trueno.
Purifica mi mirada
oh grandísimo Dios del sol.
Purifica mis manos
y bendice su trabajo
oh Dios de la melancolía.
Purifica mis pies,
Dios del peregrino.
Purifícame
oh Bendito Dios
del cielo y del infierno,
al mismo tiempo en que me juzgues,
puríficame

Sueños líquidos

(Escrito a mis catorce años)

Suavidad de coral,
quiero que me quieras.
Ya no soporto este silencio a dos voces.
No soy yo sin tus caricias,
soy nadie al no tenerte.
Emergen la desesperanza y la lujuria
de mi desenfrenada actitud.
Quiero que llegues a mí
en forma especial y calma
para que inundes mis canales con tu sangre
y confundido y no,
acudas en mi auxilio como varón primitivo,

Cuando mi cuerpo quiere guerra

(Texto de 12 años atrás)
¿Cómo hago para controlar mi instinto
cuando mi cama deseosa de lujuria
grita y clama tu nombre?
¿Cómo hago para contenerme
cuando mi boca se hace jugo
al anhelar tu sexo oculto,
para sujetar mis manos atrevidas
que intentan tocar tus manos?.
¿Cómo hago para que no tiemble mi carne
en actitud de entrega,
para que no segregue el deseo
ansioso de poder fundir tu piel
cuando mi cuerpo quiere guerra?
¿Cómo hago para dejar de imaginar
la dureza de tu orgasmo?
¿Cómo hago para acallar mi cama
cuando por las noches taciturnas
grita y clama tu nombre.
.

De las arañas

Ahora que seguramente estás durmiendo,
que las arañas entren en tu sueño profundo.
Que la más grande de ellas
teja con sus ocho patas
la más infinita seda
y te envuelva para siempre.
Conozco lo que eso significa,
la terrible posibilidad de que eso suceda,
pero no merecés menos.
Que una junta de tarántulas
y otra de viudas negras
juegue con tu cuerpo a la cinchada.
Que entre las ganadoras se repartan el trofeo.
Que te miren con sus ojos enormes
y devoren lentamente
centímetro a centímetro.
Que no queden ni los huesos.
Que al comerte a vos
se coman todo las bonitas arañas
y no vuelva a encontrarte en mi desvelo.

Efímero

Sobre las sábanas negras
vi gotear en blanco
lo que decía su sangre.
En lo que fue su altar
yo vi profanar
una y otra vez,
la promesa de amar

Nada de eso

Yo no hice nada de eso.
No me gustaron Los Ramones,
Los Beatles,
nunca escuché a Charly García
y nada de nada.
Yo me pintaba las uñas de rojo
y usaba tacos altos.
Mi ropa con volados y puntillas,
mi corazón de niña,
mis ansias de mujer.
Yo no hice nada de aquello.
Era joven también

jueves, 17 de diciembre de 2009

ABSOLUTAMENTE CONMOVIDO


Escribo buscando por fin dejar salir de mi pecho la tristeza y la angustia que me provoca, extrañamente, esta sensación de paz que me trae conocer que estoy en el camino correcto, el que elijo, el que puedo y me hace feliz.
Contradictoriamente esa felicidad me quita el aire. Un aire que se hace viento fuera de mí y que oigo pasar atemporal y tierno entre las hojas de los árboles que dan a mi ventana y fantaseo, con que es el alma de Romina Elisandro que viene a visitarme.
La muerte, cuando viene a visitarnos, con su traje de juventud y su sonrisa… es algo a lo que no podemos negarnos. Quedo así vencido a esa imagen eterna de Romina, sonriendo y hablándome de su propia muerte con miedo, insegura y esperanzada hasta el dolor final. Dudo haber podido conseguir aliviar un mínimo de su dolor. Hubiera entregado mi cuerpo a las llamas por su bienestar, pero es algo que sencillamente no pude hacer.
Romina murió el nueve de diciembre último. En el momento de enterarme, no se, no sabré jamás si lo sentí o me inventé; el consuelo de no poder manejar lo inevitable. Una mezcla rara de espanto y tranquilidad me quebró la piel, me atravesó el alma, anuló mi voz y solo pude expresar: “Por fín chinita dejaste de sufrir”.
Me oculté detrás del maquillaje, me escondí en mis obligaciones y es solo ahora, ocho días después del deceso, cuando puedo darme cuenta de que ya nunca más voy a verla llegar y que el viento es aire que corre y no es ella.
Hoy, ahora, diecisiete de diciembre de dos mil nueve; concluyo una etapa que está plagada de sensaciones encontradas. Mi adultez con sus decisiones de hombre, mi familia, convertida en un rompecabezas que me atrevo a armar desde el sillón de mi análisis; mi medicación y mi no miedo a ninguna enfermedad porque mi mente está sencillamente sana para combatir cualquier amenaza a este plan de vida que me he decido llevar a cabo.
Termino la primera vuelta de una carrera que será para siempre. Lo hago cansado, y orgulloso de ese cansancio. Ofrezco agradecimiento a mis compañeros de ruta. Hubo momentos terribles dije, y los hubo de completud también. En ninguno de los casos estuve solo. Mis compañeros, los amigos de siempre, los de toda la vida, los de ayer, los de mañana… los profesores, los vecinos, los médicos, los amigos de los amigos que preguntaron por mí y rezaron por mi salud en todas las formas y en todos credos.
Éste ha sido para mí el año del descubrimiento. Vi nacer un cáncer dentro de mí y vi también cómo se deshacía. Ví un ángel en forma de fuente lumínica y vi ángeles con forma de hombres. Todos eran buenos.
De Entre la muerte, la vida y mi amor por Rubén. Ese hombre que es mi amigo, mi compañero, mi padre y mi amor. Ese hombre que es mi guía en esta estructura del héroe en la que se espera que llegue yo al final del camino, convertido en la flor del fango, espléndido y feliz en mi naturaleza de ser simplemente un hombre.
He sido llamado a hacer grandes cosas, importantes para mi plano delgado y mortal, he sido llamado a decir cosas que no se dicen por temor, pero yo no temo. He conseguido vivir con la libertad que solo consiguen los iluminados. Pero nada de esto es un privilegio, nada de esto es un beneficio personal. Esto es una responsabilidad y la realización será dada cuando el beneficio ( si lo hay ) sea conjunto.
Nada puedo comenzar si no me detengo a decir gracias y a pedir perdón. En el momento en que lo hago, pido perdón y perdono.
Que descansen pues los fantasmas de todo lo que fue, que viva en mí la memoria de Romina, que viva en mí el amor de Rubén; Viva en mí la mirada cansada de mis abuelos. Refuércenme a mí, el amor de mis amigos. Acompáñenme a mí, los compañeros. Pongan en mí los instructores las palabras del conocimiento; yo buscaré de algún modo hacer efectivo el sueño de ver al arte como el arte se merece ser visto.
Por el resto, quedo confiado en el Universo. Llegará cuando deba ser o no será. Ya nunca más será estéril ni un solo día de mi vida bajo el sol.
Navidad es nacimiento. Que el niño Dios tenga un pesebre esperándolo en los pies de cada hombre, que cada hombre sea un árbol y que cuando este árbol esté preparado para ser madera, se construya con él una guitarra, un piano, un tambor… y podamos todos sin importar el instrumento que elijamos tocar, cantar la misma canción de paz.
Q.E.P.D los muertos.

Jesús Navarro

lunes, 19 de octubre de 2009

De cara frente al sol









Vuelvo pero ya no soy mismo.
Miro nuevamente de cara frente al sol
sin temor de quedar ciego.
He arrojado mis miedos y mis desesperaciones
al fondo mismo de sus ojos.
Vuelvo,
pero mi poesía como lápida viene a decir:
“Ya nunca seré el mismo
que amenazó una vez con florecer
como la primavera”.

He perdido...



















He perdido el viernes último,
la paz de todos los viernes venideros,
la razón de repetir: AMOR
así como se dice vida.
He perdido aquella tarde el sabor
de pretender soñar mañana.
Hoy soy, también yo,
un hombre triste solamente.

Detrás de mí


Y ya no era yo detrás de mí,
No era el joven iracundo
Ni el niño que peleaba para no morir.
Ya no estaba yo amenazado,
Tratando de salvar la inocencia,
Ni buscando en las calles
La cotidiana aventura de vivir.
Ni por error era yo,
Lejos de todo bien,
Cercano al mal me alimentaba de bronca.
La bronca es dulce,
Lo supe a los tres años
Y rica para escribir lo supe hoy.
Ya no había diestra que acariciara mi frente
Ni había labio que me buscara al dormir.
No era yo el hombre que escribía poesías,
No era el guardián de los secretos,
Ya no era el monaguillo,
No era ni siquiera bueno.
Había en un rincón de mí, una luz
Pero no hallaba la pobrecita dónde refractar,
No encontraba dónde descansar,
No había lugar más manso o menos rígido,
No había lugar.
Espacio me faltaba en el corazón,
Espacio me sobraba en los libros
Con hojas vestidas de espanto.
No era yo, yo duré un momento.
Lo demás solo fue alucinación.





Mi Sangre



En mi sangre se confunden la vida y la muerte,
Se provocan, se lamentan y se hierven.
Los rojos y los blancos de mi sangre se maltratan,
Se ofenden, se alimentan, se indigestan.
Mi sangre como agua de zanjón,
Nunca azul, más bordó que rojo, ahora verde para siempre,
Como agua podrida, estancada en las arterias
De mi genética y mi destino.
Mi sangre como un líquido venenoso y traidor,
Mi sangre coagulada, mi pobre sangre
Que poco a poco va dejando de llegar al cerebro
Y me somete a la vergüenza de no poder comprender
Ni siquiera quien soy.
Mi triste sangre golpea y duele
A la altura de mis muñecas en mis brazos
Y con las que no supe jugar.
Hace borbotones de tanta presión,
De tanta exactitud con la que no sé qué hacer,
Más que convertir en línea tras línea
Y con suerte en melodía
Un horror de sucesión de días que suman treinta años.

miércoles, 10 de junio de 2009

Epígrafes

“Me corrió un frío en el cuerpo, así como si yo pudiera estar ahí detrás, viéndote escribir”.

“No sé cómo llegué a vos pero lo hice y fue como si se abrieran mis venas, como si el idioma se retorciera hasta enmudecer y solo hablara esa imagen pequeña en la ventanita”.

“Yo vivo en medio de las casitas bajas, donde no hay color si uno no se piensa un artista y pinta y de pintar en su cabeza no se cansa”.

lunes, 18 de mayo de 2009

Desnudez

¡Cubre tu desnudez que me das vergüenza!
tapa ese cuerpo que esto no es una vidriera,
Tápate!, asqueroso provocador de nadie.
¡Loco!, ¡tú estás loco!,
no pretendas llamarte poeta
tu letra está toda circunscripta a lo mismo,
esa actividad de tu cuerpo,
esa profundidad de tu mirada,
ese volcán en las puntas de tus dedos,
esa bronca endurecida por debajo de tu ombligo.
Tu poesía comienza y termina
en tu nuca y al final de tu columna vertebral,
capitán de aguas dulces,
mentira de pirata,
tempestad.
Maldecirte me ha enamorado.
Cubre por favor fulano,
tapa tu desnudez que quiero hacerla mía.



"Y bebí vinos fuertes, como beben los audaces del placer".






Horizonte




Descubre a buen tiempo muchacho,
que es efímera tu posibilidad de ver
lo más efímero aún
de esa "cinta lejana a la que llaman horizonte"




En la mirada el perro viejo parece decir:
"¿Dónde se ha escondido ahora mi hueso?"
Sabe que ha escondido más huesos en la arena
pero no quiere sino de ese con el que felíz
le gusta jugar.
Buñuel dirá en nombres de otrora
de un perro andaluz,
y yo diré con similar firmeza,
de un triste perro
al norte de Buenos Aires
donde los aires no son tan buenos.











martes, 31 de marzo de 2009

LA ESTRATEGIA

Juan tiene ocho años y Lautaro siete. Juan, por falta de concentración en la escuela ha llevado a casa dibujada en su cuaderno de comunicaciones, una carita triste; lo que viene representando un llamado de atención de su maestra la Srta. Andrea. Cuando el pequeño llega a su casa de regreso de la escuela, su madre lo castiga impidiéndole ir a jugar a casa de su amigo y vecino Lautaro. Pero Juan se escapa de su casa en horas de la siesta hacia la casa de Lautaro saltando el paredón.
Mientras se divierten jugando en el fondo de la casa, rompen el vidrio de un gran ventanal de un pelotazo. Solo por un momento los niños se quedan paralizados en el tiempo, tienen miedo. Ocurrido esto, Juan regresa como un fugitivo a su casa dejando solo a su amigo, su amigo lo deja ir, porque sabe que si los descubren no podrá ver más a Juan saltar el tapial del fondo para jugar, y esa posibilidad le duele más que otro castigo. Lautaro siente que Juan es el amor de su vida, que por estar con él podría no solo a aprender a jugar al fútbol, sino que podría también olvidar el mandato que señala su buena educación: “no mentirás”. El pequeño asume la responsabilidad solo. Es reprendido por su papá y puesto en penitencia. Juancito se siente un criminal, siente culpa por el abandono. A Lautaro eso no le pasa, él no se siente mal, no tiene miedo. Juan toma el coraje que un hombre debe tener y vuelve a rescatar a su amigo como un príncipe rescataría a una doncella. Decide confesarle al papá de Lauti lo que ocurrió en verdad. Entonces, frente a frente, el hombre y el niño, la confesión en la boca del pequeño que viene a traer la verdad envuelta en valor y duda a la gran ceremonia del arrepentimiento... Lautaro sale corriendo del galpón con los cabellos revueltos y la ropa sucia, "entra en la habitación dispuesto a salvar a Juan a pesar de él mismo", con los ojos a punto de explotar en llanto dice que le picó una araña y llora, llora todo lo que puede, exageradamente, escandalosamente, como para hacer olvidar el vidrio roto, la cara triste, todo; menos el amor que crece en su corazón por Juan.

martes, 3 de marzo de 2009

EL POETA



El poeta vive en mí.
El poeta vive dentro de mí.
El poeta se sacude fuerte en mi derredor.
Mi derredor sos vos que estás leyendo.
El poeta se alimenta de mi muerte.
El poeta se justifica con mi sangre.
El poeta goza mis noches.
El poeta insulta mi nombre y mi carne.
El poeta impío me atormenta.
El poeta se inyecta en mis venas.
El poeta perturba mi calma.
El poeta exige felicidades que no tengo.
El poeta salta en el teclado de mi computador
haciéndose dueño de mi decena de dedos imprecisos.
El poeta se hace amigo de mi espera.
El poeta es enemigo de mis ansiedades.
Mi ansiedad tiene nombre y apellido.
Mi ansiedad bien lo sabe.

viernes, 9 de enero de 2009

PESADILLA

Creo que me resisto inconcientemente a dormir porque no quiero pesadillas. No quiero niños idénticamente iguales llorando la misma pena ni hombres con cara de lobo masturbándose en mí. En las pesadillas las calles se me hacen cada vez más angostas y al igual que cuando estoy despierto, me cuesta respirar.
Tengo sueño pero me aferro al teclado para no dormir. Temo que si cierro los ojos, el hombre lobo llegará con su manada amiga y sus ojos verdes a enamorarme. Me extenderá la mano vestida de mugre y no sabré, no querré decir que no.
Veo su mano abierta hacia mí.
(...)

Jesus Navarro

MOLESTIAS

Me molestan los silencios por respuesta,
los cajones abiertos,
el ruído enloquecedor de la gota sobre gota
que se escapa de algún cuerito roto.
La tortura china.
Las ventanas en el ordenador
que estan abiertas por estar y no se utilizan..
me molesta mucho mi falta de tolerancia,
el celular sin bateria y sus alertas.
me molesta la gente que pregunta
si entiendo mientras me habla.
La cocina sucia me molesta,
la puerta sin llave me molesta,
la gente que no habla me molesta,
Me molestan las sirenas
pero más odio las sirenas de los bomberos.
Me molesta persignarme inconcientemente,
sentarme en el lado impar de los colectivos,
los libros de prólogos extensos.
Me molesta que pretenda manejar mi necesidad.
Me molesta que pretenda que yo no tenga necesidades.
Me molesta lo que ve cuando me mira.
Oír a las personas siempre renegar
del calor en verano
y del frío en invierno.
Esperar me molesta.
La persiana permanentemente cerrada
de la casa del vecino me molesta.
El blanco de mi furia me molesta.
Me molesta que el amor se llame amor y duela.
Que la voz del amor
sea como la voz del pato,
que no tiene eco
y no saber porqué.

Jesús Navarro