(Escrito a mis catorce años)
Suavidad de coral,
quiero que me quieras.
Ya no soporto este silencio a dos voces.
No soy yo sin tus caricias,
soy nadie al no tenerte.
Emergen la desesperanza y la lujuria
de mi desenfrenada actitud.
Quiero que llegues a mí
en forma especial y calma
para que inundes mis canales con tu sangre
y confundido y no,
acudas en mi auxilio como varón primitivo,
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