martes, 30 de septiembre de 2008

CUESTIÓN DE HONOR

Y puedo morir
como aquel semejante esta noche,
por eso no duermo.
Quiero que si viene la muerte a buscarme,
encuentre sonriendo mis labios
y mis ojos abiertos.
Y si ella,
humillada por la hidalguía de mi resistencia
se ofende y no viene
luctuosa a buscarme,
abré ganado el juego a mi miedo mayor.
Abrazaré la tierra,
regaré los suelos de sueño y sudor
y como juntos una vez cantamos una noche,
honrare la vida por tu honor
y por mi honor
Jesús Navarro

miércoles, 17 de septiembre de 2008

SOBRE MARCELO T. DE ALVEAR

Gira que te gira como el sol que gira.
Rueda que te rueda como ruedan mis sueños,
como ruedan mis ansiedades.
Gira, rueda, yira como un tango.
Como yiran los muchachos sobre Marcelo T. de Alvear,
en Buenos Aires, tan barato y tantas veces.

IDENTIDAD

Y pensar que alguna vez fui un niño tímido,
temeroso más que tímido,
victima del mundo que juzga el mote diferente.
Hoy recordé que alguna vez guardé las formas,
que no fui capaz de gritar mi propio nombre,
que no fui hombre para ver mi identidad.

Jesús Navarro

SIN MIEDO

Sin el miedo que tenía cuando decías amarme,
sin la tristeza venida furiosa en la noche,
sin los ojos del fauno perdido,
sin los labios pesados, mordidos...
la piel ya no es abrigo
y espero de algún modo
volver a sentir ese daño.

Jesús Navarro

REPETIDO EN LAS HORAS

Y me despierto en mi cama cada mañana.
El sol entra huérfano a mi derecha
y yo me protejo arrastrando mis sábanas al cuello
como cuando era muy pequeño
y mi terror era el señor "cabeza blanca".
Y digo gris y me lo creo
y soy ojos resistidos de tanta madrugada.
Pretende un hombre quitarme el dolor de la piel,
pero ese dolor con registro
en esas noches infinitas me alimenta.
Devoro como un perro hambriento
el pasado maldito de maldiciones repetidas
tantas veces como la aguja del segundero en el reloj
pasa por el doce en una hora.

RINCON DE LA DISTANCIA

Es muy raro, pasó ya bastante tiempo de aquel final obligatorio. Tanto como para haberme acostumbrado a la cama vacía, las sábanas frías; a mi respiración lenta sin él. Son las cinco de la madrugada y en Benavídez llueve mucho, llora el cielo y lloro yo. Quiero volver a decir que estuve enamorado de alguien a quién me da miedo nombrar porque no sé qué infierno invoco con su nombre, que todo yo me hago rebelión y lloro. Hoy fue raro. Yo venía en el 60 como siempre, de pronto cerré los ojos y pude verlo sentado a mi lado, con la cabecita sobre el vidrio y dormido, viajando no sé a qué destino... no lo quise despertar porque era feliz en su sueño. Los párpados pesados como juicios (diría Benedetti), y su mentón de menta siempre fresca (digo yo).Recordé que alguna vez para su felicidad bastó mi pecho, para su plenitud bastó con que mis ojos los miraran; una vez él me quiso como hasta ahí nadie se había atrevido a quererme y yo no estaba. Abrí mis ojos, miré y él me faltaba. Lloré como lloro ahora en mi castigo, pensando que el recuerdo agonizaba. Yo lo amé también, ¡lo juro! Lo amé con el cuerpo y con el alma; con la sangre, mi esperma y con mis lágrimas. Yo lo amé con mi silencio y las palabras. Lo amé siempre, desde la noche en que me confesé con él, cuando nos hamacamos alto dándonos baños de luna en la plaza de mi pueblo; hasta el momento en que triste me dejaba para ir detrás de otros anhelos. Él me dejaba revolcado en mi vergüenza y mi dolor y yo lo amaba (...). Es muy raro, pasó ya considerable tiempo. Otros amantes queriendo ser amor borraron sus huellas de mi cama, no he vuelto a ir a la plaza y no hago el amor por las mañanas. No camino por las calles que juntos caminamos y no visito la enorme biblioteca ciega que guarda su música en la sala, desde el tiempo en que puntual a las nueve de la noche, por los pasillos me buscaba. Son las cinco y diez, quiero volver a decir que yo también estuve enamorado de ése que se marchó llevándose mi alma; ése que me obliga a llorar en éste rincón de la distancia.

AFORISMO

Grabado en el cuerpo como un sello dactilar
que no habla sino
de cosas que se saben por comentarios a lo bajo.
Pero yo no tengo de esos bajos fondos,
no admito quitarle a esto que soy
un mínimo detalle.
Que mi perversión busque pues el cielo.
Ese cielo del que hacen bandera
mis críticos y mis enemigos.

MÁS ACÁ

Más acá,
el revés de la tristeza,
un punto final a la nostalgia.
Más acá, se convierten las intrigas
en certezas,
casi otoño
florece en mi anular una promesa.
Más acá,
mis silencios se pueblan de palabras.
Más acá,
la bendita voz de una gitana.
Más acá,
un sol al que no extraño
ante el plomo gris del compromiso,
un montón de fotos blanco y negro,
una voz en off,
un sueño que germina más acá.
Una canción que suena en mi cabeza,
partituras que se escriben lentamente,
ocasos que no importan,
pinturas que se pintan de quererte.

Jesús Navarro

EPITAFIO

Verán que se confunde éste poeta
que ha perdido su musa
y dirán:
"pobre poeta"
más nadie se lamente por mí.
No valgo una sola de sus lágrimas.

DIÁLOGO

Esta bien... aunque a veces pienso que no es solo con vos, en muchos planos, no me sale lo recíproco, siento que nado sola... y los mares se alejan
Jesús dice:
Nos pasa a todos
Jesús dice:
A mi también me pasa
Jesús dice:
A mi vecino, al de la oficina vecina
Jesús dice:
A tu mamá y la mía
Jesús dice:
A todos nos pasa Raquel
Raquel dice:
No me consuela
Jesús dice:
No es un consuelo
Jesús dice:
Siempre estamos "solos"
Jesús dice:
En lo interior del alma el hombre es una tortura
Jesús dice:
El cuerpo es su cárcel
Jesús dice:
Su alma quiere salir
Jesús dice:
Nos pasa a todos
Jesús dice:
Algunos quitamos esos demonios con lo que se llama arte
Jesús dice:
Nos llamamos artistas
Jesús dice:
Y nuestra obra gusta
Jesús dice:
Porque dice lo mismo que piensa/siente el otro
Jesús dice:
Porque todos somos dolor
Jesús dice:
Soledad
Jesús dice:
Ahora bien,
Jesús dice:
Hemos comprobado que tenemos como individuos intereses similares
Jesús dice:
Eso nos aproxima
Jesús dice:
Nos identifica
Jesús dice:
Nos hace sentir que no estamos tan solos
Jesús dice:
Que somos una misma raza
Jesús dice:
Yo creo que la sensación de soledad de la que hablas, que hablo yo y que otros no saben manifestar
Jesús dice:
Es lo que nos obliga a insistir a los humanos a buscar "equipos"
Jesús dice:
Somos bien, como proyectiles, solos desde el comienzo hasta el final, pero no somos los únicos proyectiles
Jesús dice:
NUNCA VOY A OLVIDARTE
Raquel dice:
El otro día pasamos en Las palmeras con Fedra "El Gran Pez" y dice al final (pude recordarlo)
"Un hombre cuenta tantas veces sus historias que vive en ellas, esto lo hace inmortal" por ende no vas a morir nunca mi querido vampiro

DUERME

Duerme.
Ve y duerme si los ojos te pesan
pero no olvides abrirlos mañana,
te estaré esperando
con emoción de verte,
con la fortuna de verte.
Ahora ve y duerme.
Cuéntale a los niños en tus sueños
que me amas,
diles que yo también te amo
descubriéndome hombre
nos amamos
como locos enfermos
que a veces no se miran,
otras veces se fastidian,
que descansan al dormir
y quedan tranquilos
sabiendo que vendrá el día nuevamente
y seremos más que felices juntos.
Ahora ve y duerme
yo te estaré esperando
emocionado.

LLORO

Lloro,
me toca llorar a cambio de esta libertad que adoro.
Me gustaría cerrar sesión,
salir a la calle,
cruzarme con vos y enamorarme.
Lloro mientras leeo en tus labios que recuerdo tiernos,
un "te amo" que no vale que recuerde.
No supe verte ahí,
no creí que yo pudiera darte algo
verdaderamente bueno,
no confié en que alcanzara la mirada.
Lloro,
me toca llorar a cambio de esta soledad.
Lloro porque estoy acá
y me gustaría estar, lo confieso,
en otro mundo,
hablando en versos,
mirando versos en los ojos de la gente,
besando los versos de tus labios.
Me gustaría que suene el teléfono,
que sea tu voz que me busque
solo para saludarme
y decir así que al menos no me equivoqué al elegirte.
Que no me equivoqué.
Que fui un idiota mi cielo
pero que al elegirte como mi amor no me equivoqué.
Te amo hoy como el primer día.
Te amo como el primer momento
y sé muy bien que no creerías
que es cierto,
que no comprenderías mi desnudez,
que ya no podes ver mi corazón abierto.
Jesús Navarro

UNA CARTA FINAL

Ni aún con el dolor que provocan los desencuentros cuando se está enamorado, he dicho cosa que recuerde tan desagradablemente como mi último e-mail hacia vos. Entonces pido perdón. Cancelo, cancelo, cancelo. Si no hice eso amando, tanto menos debo hacerlo así, cuando no estoy enamorado, cuando no existe fuerza de dolor que me lleve a hacerlo.
No voy a discutir tus actos ni voy a explicar los míos. No voy a pelear con los recuerdos de esos meses que pasé con vos. Muchas gracias de verdad. No voy a maldecirte, no, no lo voy a hacer. No entiendo de qué hablas, qué 17, qué nada... no me suma ni me resta. No se aplica.
Vos vas a hacer tu vida de la manera que creas más conveniente y yo voy a hacer lo propio con la mía. Esta situación me provoca malestar, un nudo en la garganta que no quiero, que no tengo porque padecer. Yo ya era Jesús antes de vos y seguiré siendo sin pedir permiso.
Espero no tener que contactarme nuevamente. Este es pues, mi último e-mail. Deseo que lo respetes. No soy quien para decirte qué hacer y qué no hacer. Deseo que optes por el amor, deseo que no andes leyendo mis blog para perseguir versos de mi poesía, eso podría lastimarte todavía más de forma innecesaria. Ahora bien, harás lo que quieras. Te devuelvo tu alma, yo tengo la mía.
Estemos en paz.