Por las noches todos los gatos son pardos,
pero este gato sigue siendo rojo.
Por el fuego que le sale de los ojos,
por el odio de haber sido abandonado.
Camina zigzagueante con su destino cojo.
Por los días, todos los gatos son mansos,
ronronean igualmente a las manos
que acarician su linaje independiente.
En las tardes,
en las tardes todos los gatos del mundo son libres
para elegir sobre qué techos
van a ir a mostrarse enamorados.
Por las noches los gatos del cuento son pardos,
pero éste gato sigue siendo rojo.
Rojo antagónico de inmaduro,
rojo en celo,
rojo sangre,
rojo de semáforo,
Rojo stop.
Que sin hacer caso continúa caminando hacia adelante.
Imprudente gato rojo con la sangre envenenada,
querible gato de Raquel y de otros
con imaginación bendita
sobre la noche negra
con un fondo de promesas
el gato se recuesta
sobre una sentencia de Cortázar,
donde todo es tan libre,
tan posible, tan gato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario