jueves, 21 de agosto de 2008

TIERNAMENTE ME ALEJO

No te voy a maldecir,
para eso tu conciencia que bien sabe hacerlo.
No te voy a condenar,
no tengo el tiempo para eso.

Me fuí,
no juego ya al perverso.
Afortunadamente
nunca más veré tus ojos.
Nada más puedo pedir.

Tiernamente me alejo.

Si San valentín existiera
comería de mi mano,
viviría de mi mano,
rezaría su oración
ante mis pies,
los lamería
estoy seguro;
mejor que vos
sin ese precio.

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